A un pueblo llegó un día
un hombre extraño de verdad
su palabra era poesía
e iluminaba al hablar.
Le preguntaron su nombre
y no quiso contestar
soy solamente un hombre
que se puso a caminar.
Decía que lo más cercano
era lo más lejano
y que lo más lejano
se alcanzaba con la mano.
Que se inventaban cosas
para complicar la vida
la gente cree que goza
y sólo tapa sus salidas.
Decía que la ficción
no supera la realidad
que él no era de algún modo
ni de aquí o de allá
Todo es impermanencia
no hay nada que asegurar
es sólo la Gran Inteligencia
la que quita y la que dá
Los caminos existen
si nos ponemos a caminar
no sigas a otro hombre
sé tu propia autoridad.
Nada es malo o es bueno
todo es relatividad
si estás en algo que te gusta
nunca quieres teminar.
Si estás con lo desagradable
pronto te quieres marchar,
el diablo cobra un sueldo
y le gusta trabajar.
No existen los contrarios
todo es complementariedad
macho, hembra, noche, día
adentro, afuera, aquí, o allá
De ese pueblo se fué un día
ese hombre extraño de verdad
y dijo que lo que él sabía
todos lo tienen que comprobar.
Eduardo López López (El Poeta del Morralito)
Venezuela 1998
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